LIGHTECTURE, Michela Mezzavilla (reMM) – Mayo 2020
El mayor valor añadido del diseñador de iluminación es la capacidad de establecer un proceso de comunicación visual del espacio arquitectónico con el ser humano a través de la luz de forma creativa, innovadora, eficiente y sostenible.
Los proyectos arquitectónicos, de interiores y del paisaje ya desde hace tiempo no son obra de un solo agente, si no que son fruto de un trabajo multidisciplinar y de equipo. El arquitecto y la propiedad trabajan juntos para desarrollar el programa, definir el lugar y los objetivos. El arquitecto es el autor y el responsable de la visión y de la función general, mientras los consultores de las diferentes disciplinas colaboran para aplicar esta visión a todos los aspectos del proyecto. Entre los consultores hay figuras como las del ingeniero de estructuras o de instalaciones que están muy establecidas; en cambio hay otras, entre ellas la del diseñador de iluminación, cuya aportación es a veces menos comprendida.