Aureolighting
Por: Rafael Gallego
La democratización de la información en internet tiene muchos aspectos positivos que son los que están permitiendo su rápida expansión y uso, pero conlleva un efecto “colateral” no tan evidente. Me refiero al peligro de considerar como cierta toda la información que circula libremente por la red de redes. Artículos, comentarios o reseñas “subidas” por usuarios, fruto de su conocimiento y experiencia, adquieren el rango de documentación rigurosa, casi enciclopédica, solo por estar publicadas en la wikipedia, en un muro de facebook o en un foro “especializado”. Utilizamos directamente esta información aunque ignoramos la calidad de la misma. Igualmente, nos aporta la sensación de tener el control de la información, ya que nosotros la buscamos, la escogemos y manejamos todo el proceso, “enmascarando” nuestro desconocimiento ya que además casi nunca ponemos “en cuarentena” los datos obtenidos de la red, considerándolos 100% correctos.
Acabamos rendidos bajo la seducción de lo fácil, lo cómodo, lo inmediato y también… lo gratis!
Estos aspectos están imponiéndose en todos los ámbitos de la sociedad, sobretodo en los comerciales. Sirva como ejemplo los eslóganes “la avaricia me vicia” o “yo no soy tonto” que usan conocidos comercios de electrodomésticos, basándose en los hábitos que de manera imparable y “silenciosamente” estamos adquiriendo. Todos sabemos que cumplen lo que publicitan sólo en un porcentaje pequeño de los productos que emplean como gancho, aún así aceptamos el mensaje que nos lanzan como verdadero. Parece que no nos importa.
A base de estar rodeados de mensajes con información “más o menos vacía”, pero que cuando lo experimentamos vivenciamos algo diferente, acabamos considerándolo como “normal”. ¡Pero no lo es!
Llegado a este punto, me acomete la duda de si los Arquitectos, Project Managers, Interioristas, Paisajistas, Promotores… se conducen de manera similar a la hora de “comprar” soluciones a los diferentes profesionales que hay en el mercado para las necesidades de iluminación en sus proyectos. ¿Se conocen las diferencias que existen entre los diferentes profesionales presentes en el mercado relacionados con la iluminación? Por que el mensaje que transmiten todos es el mismo: “te hacemos un proyecto de iluminación”
Como Lighting Designer promociono las ventajas y el valor añadido que aporta la contratación de nuestros servicios para generar soluciones lumínicas idóneas. También quiero destacar el aspecto más significativo de nuestra manera de trabajar. No es el resultado (que por supuesto tiene mucha importancia ya que será visible), sino la idea generadora o concepto junto con el rigor del proceso de creación y elaboración. El resultado se convierte en la consecuencia de dicho proceso.
Igual que les ocurre a los científicos cuya “intención” influye, por mucho que no quieran, en el resultado de sus experimentos… lo mismo le ocurre al diseñador (y también a cualquier proyectista) sea de la disciplina que sea.
Nuestra “intención” como lighting designers es incorporarnos a un equipo de diseño multidisciplinar, asumir el concepto que hay detrás del espacio a iluminar, proponer ideas de soluciones lumínicas que estén integradas en el concepto original y desarrollar la documentación adecuada para llevarlo a la realidad. En todo este proceso dialogamos con todos los participantes de la cadena de la iluminación, desde el Arquitecto, los fabricantes, hasta los instaladores o personal de mantenimiento futuro. De esta manera controlamos que la propuesta no se desvirtúe.
Me pregunto si se tiene en cuenta “las intenciones” del profesional al que se va a consultar. Y puesto que “sus intenciones” influirán en el resultado, ¿se tiene en cuenta la calidad del resultado lumínico final? ¿O “la avaricia les vicia” y solo se fijan en la cifra de los honorarios?
He descrito brevemente los “highlights” del proceso que realizan los Lighting Designers. Cobramos honorarios por realizar esta labor. Honorarios que nos permiten ser profesionales independientes, poniéndonos únicamente al servicio del proyecto que estamos realizando. Quiero enfatizar que es rotundamente falso que contratar a un diseñador de iluminación independiente sea más caro que emplear otro profesional que no cobra honorarios. Gracias a nuestra independencia, ayudamos a gestionar el presupuesto de la partida de iluminación, lo cual permite que no se pierda nada de dinero, ya que los descuentos disponibles revierten en el proyecto en lugar de ir a parar a intermediarios.
En cuanto a los profesionales que no cobran honorarios, ¿os preguntáis si es posible que hoy en día alguien trabaje gratis? Si no se pagan honorarios, ¿os preguntáis con qué se acabará pagando?
Para concluir, el término “Lighting Design 2.0” podría definir, en el mejor de los casos, a los profesionales que acometen las necesidades lumínicas de los proyectos sin el rigor, la seriedad y la profundidad necesarios, con planteamientos parciales, frecuentemente sin concepto, con un claro interés en la venta del producto. Y la mayoría de las veces “gratis”.
“Lighting Design 2.0” es otro eslogan vacío. El nombre es actual, contemporáneo, incluso atractivo… pero el significado es conocido, se practica desde hace muchos años y la mayoría de las veces con resultados más que insuficientes… sólo hace falta darse una vuelta por nuestras ciudades y sus espacios arquitectónicos.
Evolucionemos con nuestro tiempo de manera profesional y con sentido común. Demos contenido al proyecto de iluminación y sobretodo… hagamos lo que publicitamos.