Lamentamos tener que trasladaros la noticia del reciente fallecimiento de Antonio Gandolfo, un gran maestro de la luz, pionero muy respetado en el sector y cuyo reconocimiento unánime hizo que la APDI le nombrara Socio de Honor tras nuestra fundación, una decisión muy aplaudida por nuestro colectivo y cuya aceptación por su parte llevaremos siempre con orgullo.
Sus últimos años los pasó navegando, surcando las aguas del Mediterráneo a bordo del «Mar y Luz», su último barco, disfrutando de la pesca, descubriendo tesoros sumergidos y compartiéndolos con la familia y los amigos. Sus hijos Antonio, Guillermo, Mar (quien ha recogido el testigo de su padre y continua con su labor, actualmente como Directora de Formación en Signify) y Fernando, junto con toda su familia, han trasladado sus cenizas que descansarán ahora al lado de las de su mujer, frente a las costas de Roquetas de Mar (Almería) que tanto amaba.
Acerca de Antonio Gandolfo
Hijo, nieto y bisnieto de faristas, mientras estudiaba la carrera de Ingeniería Mecánica Industrial aprobó las oposiciones, se hizo inmediatamente cargo de la conocida como Farola de Málaga y también participó en el cierre del antiguo faro de la Isla de Alborán. Esta experiencia nos muestra sus dos grandes pasiones que le acompañaron toda su vida: la luz y el mar, nombres además de su mujer e hija respectivamente.
A finales de la década de los 60’s la familia se trasladó a Madrid y Antonio comenzó a trabajar en el equipo de proyectos de la División de Alumbrado de Philips, empresa en la que desarrolló el resto de su carrera profesional y donde llegó a ocupar la Dirección Técnica hasta su jubilación en 1996. Durante este tiempo son innumerables los proyectos que tuvieron su sello: la Muralla de Ávila, la Catedral de Sevilla, la Torre Picasso en Madrid… Su pasión por la luz y por la constante investigación le llevaron a ser pionero en el desarrollo de muchas soluciones de alta complejidad técnica, como la primera gran instalación de lámparas de inducción en la Catedral-Mezquita de Córdoba, para la que el mismo diseño las luminarias instaladas, o la iluminación de estadios deportivos con proyección desde cuatro torres y que posteriormente fue masivamente adoptada por la UEFA.
Muy generoso con las nuevas generaciones, Antonio solía decir que «cuando doy, aprendo». Son múltiples sus artículos, escritos, conferencias, participación en manuales y cursos… un material que ha sido referente en el sector durante décadas, que ha constituido una fuente de conocimiento de la que han bebido muchos profesionales y que también compartió con sus colegas durante los años que ocupó una vocalía en el Comité Español de Iluminación.